La Ecología
social Integral
Hablar de una ecología social integral
es algo complejo, ya que no solo integra a la ecología en particular, sino
aquella que incluye las diferentes áreas de nuestro entorno: espacio personal;
territorialidad, intimidad, hacinamiento y ecología del grupo pequeño.
Para poder entender y familiarizarnos
con estos conceptos es muy importante iniciar por definirlos E. Haeckel definió en 1869 la ecología como el
estudio de las relaciones entre un ser vivo y su entorno, tanto orgánico como
inorgánico.
M.
Bookchin concibe a la ecología social como una disciplina que permite estudiar
los problemas creados por las crisis sociales y ambientales. Es decir, no
podemos separarlos ya que todos formamos parte de un sistema ambiental, el ser
humano interacciona intensa y
continuamente con el ambiente., por lo que no se pueden estudiar de forma
aislada, se tiene que ver desde la perspectiva no solamente de la forma en cómo
se interrelacionan sino como se conciben y se delimitan estos aspectos.
Por lo que la integración, interacción
son relaciones complejas de
complementariedad entre una enorme diversidad de seres que producen una gran
estabilidad
La
ecología social plantea que los problemas ecológicos están profundamente
arraigados en complejas problemáticas sociales; por lo tanto, las soluciones a
estos problemas deben partir del pensamiento ético y acciones colectivas que
parten de una sustentabilidad para mejorar la calidad de todo ser vivo.
La
ecología social, tal cual es concebida en esta obra, puede caracterizarse por
tres dimensiones. Primero, es una tarea de investigación científica; esto
quiere decir que está sustentado bajo un método científico, segundo, llevar a
cabo acciones significativas, que nos conlleve a una concientización y finalmente, tanto la investigación como la práctica,
se realizan desde una postura ética de respeto hacia nuestro entorno
El ser humano tiene un papel
particular, no porque su lugar evolutivo le otorga el derecho a disponer de
todo lo demás, sino porque la capacidad de autorreflexión le impone el deber de
dar lo mejor de su potencial y como se señalaba anteriormente la capacidad,
habilidad de generar acciones colectivas, donde se parta de una responsabilidad
compartida y lograr esta concientización, donde no solo implica el asistir a un
día de campo, o pasar el tiempo contemplando a la naturaleza o a los seres vivos
que integramos dicho espacio, sino que vaya más allá, llegar a esa movilización de aprendizajes donde se observe
este cambio de actitudes, hábitos, y llegar al objetivo. Tenemos que partir de
nuestro entorno de nuestras aulas, hogares y finalmente llegar que nuestras acciones trasciendan a nuestro
entorno.